Robert Young habló ayer en la Universidad de Nueva York sobre “When the subaltern
speaks” (“Cuando habla el subalterno”). Young respondía así en forma afirmativa
a la pregunta que Gayatri Spivak lanzó hace unos años cuestionando la posibilidad
para quien forma parte de la subalternidad, de hablar .
Young empezó diciendo que en
realidad el/la subalterno/a sí quiere hablar lo que ocurre es que la clase dominante
no quiere oír o no le gusta lo que dice. También puntualizó el punto de vista
de Spivak y su rechazo a hablar en nombre de la otra (como recordaréis hacía
referencia a una mujer indú viuda) y sobre todo a homogeneizar al subalterno/a.
¿Por qué ha de ser representado/a el subalterno/a por otro/a? Algunos de los
motivos pueden ser para conocer su saber, para revisarlo, articularlo y
recuperarlo. Volveré sobre esto al final.
Young se adheria a la idea de
subalternidad en el proyecto de Gramsci que buscaba comprender la
marginalización más que defender la conciencia o agencia del subalternix .
El reto por tanto es tratar de
buscar su voz, puede que no la encontremos. Por tanto la cuestión de la voz de
la subalternidad remite al problema del archivo que la contiene.
A partir de este planteamiento
revisó la cultura de la modernidad con ciertos ejemplos que le
permitieron ir hilvanando un discurso con una textura cargada de sentimientos.
Comentó sobre el arte kirtsch y como al codificarse como tal construyó un
cierto archivo de la cultura (objetos) popular. También planteó si podemos oir
la voz subalterna en las postales (concluyendo que no, que las postales eran el
mensaje el “me acuerdo de ti” y los textos eran enigmáticos). El “art brut”, el Grafiti y la cuestión de si
eso es arte subalterno animaron las dudas sobre si los límites borrosos de las
vanguardias “reconocidas” (Basquiat, Picasso) y el arte subalterno. Planteó la utilidad del concepto
de Rancière “habla muda” y analizó las letras de las canciones de Robert
Leroy Johnson un cantante de blues que la tecnología ha permitido conservar en
algunas grabaciones re-masterizadas y nos deleitó con el enigma de la letra “love in vain”
(https://www.youtube.com/watch?v=-BkPm8JIJJQ)
que los Rolling re-utilizaron. Detrás
de las letras y algunas fotografías trataba de recuperar aspectos de la vida de
Johnson, de “hacerle hablar”.
Otro ejemplo de gran dulzura y, a
la vez, de voz crítica del mundo fue la figura de Chaplin que pasó varios años
en películas mudas en las que se posicionó siempre como sublaterno (pobre y
marginado) tratando de entrar en el ángulo de la cámara (este de 1914 es un
ejemplo maravilloso https://www.youtube.com/watch?v=pQH0j2Ofqkg
), de ser visto hasta el momento en 1936 en que (final del cine mudo) fue
obligado a hablar por primera vez sacando una voz sin sentido (la escena merece
la pena https://www.youtube.com/watch?v=0daS_SDCT_U)
Las preguntas que se hicieron
desde la sala contribuyeron a suscitar el dilema de si --cuando hacemos
historia de la subalternidad-- estamos de-codificando aquella época o si estamos
re-codificando nuestro presente. Algo con lo que, dijo Young, era posible vivir . También fue tranquilizador oírle decir que el gran reto es saber dónde
encontrar esas cosas que no son visibles. ¿Dónde está o como podemos recuperar
o construir ese archivo de lo que no es visible? El mostró algunos ejemplos de cómo, lo que no me quedó tan claro en su charla es para qué. O quizá si ...
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