Dibujo de Ana de la Escuela de Coiros |
No parte de ninguna dicotomía (ni razón/amor,
ni amor/sexo, ni amor/dinero) sino que invita a explorar creativamente la
construcción de redes seguras, de formas re-vitalizantes de cooperación y de
lugares donde afrontar los conflictos o las dificultades sin el temor de la
ruptura, sino con la generosidad que da la conciencia de la exploración
compartida.
pastelitos tipo "niditos de amor" |
Los “niditos de amor” pueden ser muy creativos, se pueden
estirar o encoger, se pueden vincular, se puede volar de uno a otro y volver y
se pueden deshacer (aunque este no sea su objetivo). Pueden servir para
recuperarse y seguir volando o para quedarse (temporalmente). Son espacios muy
claros en una cosa: son reparativos, nada paranoicos. Los materiales de
construcción pueden ser muy diversos, de barro a palitos, pasando por todos los
materiales e inmateriales que queráis, a veces duros, pero se van suavizando con la temperatura cálida que hay en el interior. No hay límites en el número de
constituyentes de los niditos de una con una a …. (el límite de su sostenibilidad)... y pueden ser animados o inanimados y no necesariamente humanas, de
todas las edades del tiempo. Se hablan muchos idiomas en el interior de estos lugares, pero la lingua franca es la ternura o en su defecto (hasta que se aprenda), la amabilidad.
Como todo espacio de creación y sostenimiento requiere
co-responsabilizarse, lanzarse, retirarse o caminar en la cuerda floja. Está
abierto a ideas y cariños, no busca un intercambio económicamente mediado ni
lleva muy bien las cuentas, aunque si parte de negociar los conflictos y de
lograr satisfacer necesidades, siempre que se pueda. No tiene como brújala las
expectativas, ni falsas ni verdaderas. Busca espacios confortables para
construir la intersubjetividad como vía para habitar subjetividades cohesionadas. Pero, cuidado,
no es un espacio acomodaticio. A los niditos llegan cartas de amor (o no) y
salen otras tantas. La intimidad fluye en los niditos, todo el meundo está atento al
devenir de quienes lo componen y trata de autorregular la temperatura cálida
necesaria para la convivencia. En el nidito se cree en el movimiento y en el
afecto que genera la práctica, no da tanto valor a los pensamientos que van y
vienen y que, a veces, son flujos huracanados.
En los niditos hay inspiración y se busca inspirarse en el
antes, en el ahora y en la imaginación para el después. En las ciencias, las literaturas o las
historias grandes y pequeñas. En los niditos se guisan ideas muy ricas, pero rellenas de cariño, y con salsas y otros bailes. Ahí, en esos niditos, no hay un antes y un después, pero nos encanta
la primavera … y el otoño, cualquier momento que tenga posibilidades o quietud
para cambiar sin aspavientos. Y risas … muchas risas (y sonrisas) para coger
energías de donde se pueda. Si hay que reciclar, se recicla y se vuelve a
empezar y a utilizar. Hay protagonistas y protagonismos pero van cambiando,
como en los bailes, se sale y se entra, se descansa, se espera y se toma la
iniciativa.
Le dejo aquí pero si queréis podemos seguir construyendo
este “nidito de ideas” totalmente abierto … en construcción, como los propios "niditos de amor" .
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